jueves, 4 de junio de 2009

Archivo 000 Tras La Puerta

En el reloj marcaban las doce con treinta minutos, Rafael González, un mediocre banquero, se encontraba encerrado junto a su familia en lo mas profundo de su casa, sabia que sonaba algo estúpido pero el miedo algunas veces te hace hacer esa clase de cosas. Tiempo atrás, Liliana -su esposa-, lo había convencido de reforzar el sótano con algunas capas de acero argumentando que funcionaria de refugio, Rafael por su parte pensaba que era algo realmente exuberante porque en México jamas pasa nada extraordinario, pero de alguna u otra forma lo convenció y termino haciendo la inversión a sabiendas de que estaba derrochando dinero del cual no le abundaba. Sus dos hijos, Samuel y Jessica -la mas pequeña- se entretenían con las piezas de un domino, mientras que Liliana se tambaleaba de un lado a otro en una vieja mecedora de madera leyendo una revista feminista, Rafael daba de golpes a la radio intentando que obtuviera una señal, pero no conseguía hacerlo, solo se escuchaban parasitos e intermitentes voces que dejaban escuchar palabras incompletas. - Nada, este maldito trasto no sintoniza nada y estoy desesperado por saber como siguen las cosas haya afuera.- Dijo Rafael limpiándose el sudor de la frente con la arrugada manga de su camisa amarillenta. - Cálmate hombre, también han de estar asustados, ademas que ganas con enojarte, mira, lo que deberías de hacer es apoyarte sobre tus rodillas y respirar, inhala... exhala...- Decía Liliana mientras daba vuelta a las paginas tranquilamente y sin mirarlo. Rafael se echaba el pelo hacia atrás y se limpiaba los ojos para intentar disipar un poco las marcas que los lentes le dejaban.

Habían pasado ya dos semanas, la comida comenzaba a escasear y el radio se había muerto por completo, el aburrimiento los había dominado en mas de una ocasión. Rafael se encontraba tirado junto a la puerta que conducía al primer piso que -siendo honestos- en mas de una ocasión había pensado en echar un vistazo mientras todos dormían y es que hacia ya mas de tres semanas habían estado comunicando por la televisión que Estados Unidos tras una crisis financiera se había convertido en blanco fácil para los países bélicos quienes sin pensarlo le habían declarado la guerra . Rafael al escuchar la noticia había conseguido meter a toda su familia en aquel cuarto provisionandose solo de lo que ya había en casa. Al paso de los días Rafael se sentía como en un “reality show” de esos experimentos disfrazados de programa televisivo, donde encerraban a un puñado de imbéciles los cuales luchaban por sobrevivir dentro de la casa solo para llevarse un premio realmente absurdo.

Esa misma tarde Rafael tomo un destornillador y comenzó a quitar uno por uno los tornillos del radio, pero el ultimo estaba barrido, obligándolo a forcejear con el cayendo repentinamente en la frustración y la desesperación haciendo que levantara el radio por encima de su cabeza y lo arrojara con toda su fuerza al piso. El golpe seco y el volar de los pedazos despertaron a Liliana, quien junto a sus hijos se encontraban recostados sobre una colcha. - ¿Que pasa Rafael, porque has hecho eso?- Rafael la miro con un aire de ira que en la percepción de Liliana jamas había visto en el. - Cállate, yo puedo hacer con mis cosas lo que me pegue la gana.- Liliana dio un respingo. - No me estés hablando así, contrólate- Rafael sin pensarlo dejo ir la mano sobre la mejilla de Liliana derribándola. Para cuando Rafael reacciono Samuel estaba parado frente a ellos y eso le hizo sentir como se le congelaba la sangre y perdía fuerza en las piernas. El niño comenzó a llorar y Rafael intento acercarse a el pero retrocedió asustado. - No hijo, papito no te hará daño, papito te quiere mucho y jamas te haría algo así.- Rafael le extendía la mano mientras el niño llorando solo lo miraba.- Aléjate de el- Dijo Liliana poniéndose en pie y sobándose la mejilla. - Mi amor, discúlpame, no se..... no se que fue lo que me paso, en serio.- Liliana lo miro a los ojos. - Solo aléjate de el, no lo toques.- Rafael frunció el ceño. - Cielo, entiéndeme, tal vez es este encierro, ya no aguanto mas, discúlpame pero necesito salir me estoy ahogando.- Liliana camino hasta donde estaba el niño y lo cargo. - Lárgate si te quieres ir, pero si te piensas quedar aquí no te nos acerques.- Rafael sentía vergüenza por lo que había sucedido. - Por favor, discúlpame, no volverá a suceder.... lo juro- la voz le temblaba. - pues como gustes, pero esto me lo quedo yo- Liliana recogió el destornillador y se lo hecho al bolsillo llevándose al niño junto a su hermana al otro extremo de la habitación. - Liliana por favor no estamos en condiciones de...- La mujer lo miro de nuevo. -Hablaremos cuando te tranquilices- Rafael sintió un dolor en el estomago que había comenzado como un ardor y luego se sentía como si los músculos le fueran a explotar, la sangre se le subió a la cabeza y la cara se le había puesto roja, cerraba los puños con fuerza, pero intentaba calmarse al mismo tiempo.

Aquel día se había convertido en el mas enfermizo de todos los que llevaban ahí, pues su esposa lo mantenía alejado así que no tenia otra opción que dormir al otro extremo, en un rincón, la mente le daba vueltas, había golpeado a su esposa y su hijo le temía. Rafael pensaba que aquella situación era el principio del fin, una vez mas estaban como hacia algunos años cuando influenciada por su madre Liliana se había ido de casa y solo le marcaba cuando necesitaba dinero, en ese tiempo no dejaba que se les acercara a los niños puesto que según su madre el era un bueno para nada y juraba que eso les afectaría a los niños, pero era estúpido, Samuel tenia tres años y Jessica acababa de nacer. Después de muchas discusiones y al filo del divorcio Liliana acepto regresar a casa con el siempre y cuando prometiera dividir su dinero en partes proporcionales para ambos niños. Rafael a pesar de sus dudas con el trato acepto.

Cerca de las tres o cuatro de la mañana Rafael había logrado dormir, cayendo en un profundo sueño. Abrió los ojos, un sonido constante de gotas le perturbaba y le hizo levantarse, estaba aun en el sótano pero ya no era igual, las paredes parecían viejas y las cosas se veían oxidadas, el radio estaba desconectado pero el foco verde indicaba que estaba encendido y un constante pillido le indicaba que algo reproducía, el ambiente se sentía y olía a humedad, como si todo se hubiese inundado, las lamparas de techo se columpiaban de un lado a otro y la puerta estaba abierta, Rafael sintió un escalofrío que lo paralizo buscando solo con la mirada a sus hijos y a su esposa si éxito alguno. Se armo de valor y subió por las escaleras apresurado y tropezando en varias ocasiones, al llegar arriba todo estaba en su lugar incluso el periódico estaba doblado y bajo una taza de café negro, los rayos de sol entraban por las ventanas y a lo lejos se escuchaban pájaros trinar.

Rafael reviso la casa entera buscando a su familia pero no había señas de que hubiesen estado ahí, camino hacia la puerta principal y miro a través del cristal cortado que la decoraba. Había gente afuera, caminando normalmente como si nada sucediera y eso lo hizo salir, la intensidad de la luz del sol lo hizo subir su mano para semicubrir sus ojos y la calidez de los rayos le hizo sentirse seguro. De pronto en un parpadeo el cielo se puso negro, la gente había desaparecido y se sentía mucho frío, un ruido dentro de la casa lo hizo regresar y al entrar para ver lo que pasaba un hombre machacaba con un hacha a un animal o un cuerpo no sabia bien lo que era. El hombre dejo de lado el machete y bañado en sangre lo miro. -Debes salir, ahora es el momento, no regreses o te arrepentirás- Rafael petrificado vio como de la boca de aquel hombre salían larvas y gusanos. El hombre tomo de nuevo el hacha y siguió dando machetazos al cuerpo.

Rafael se despertó gritando, estaba bañado en sudor, todo estaba tal y como antes de dormirse, había sido un sueño de lo mas extraño. Según su reloj de pulso eran las once de la mañana, Liliana daba de comer a los niños las ultimas naranjas que quedaban, Rafael sentía hambre pero no dijo nada, levanto el radio destrozado y recordó el sueño, miro la puerta para cerciorarse de que estaba cerrada y camino hacia ella. - Tuve un sueño Liliana, en el un hombre me decía que debíamos salir- Liliana lo miro y no le contesto, Rafael la miro y también a los niños. - Por favor mujer, entiéndeme, tal vez haya afuera no este sucediendo nada, ¿que probabilidades hay de que nos afecten a nosotros?- Liliana se levanto y se acerco a el.- Ya te lo dije ayer y te lo repetiré solo una vez mas, si te quieres ir vete, pero no quiero que asustes mas a los niños.- Rafael la miraba fijamente a los ojos. - Entiende, en mi sueño decía que debíamos salir ya.- replico.- Pues sal entonces, hazlo, pero no quiero que vuelvas.- Liliana regreso hasta los niños, Rafael se quedo parado frente a la puerta.

La comida se había terminado y la desesperación comenzaba a sentirse entre ellos. - Saldré por provisiones, se que no me pasara nada.- Liliana observaba a Rafael mientras se ponía una vieja chamarra listo para salir. Rafael se paro frente a la puerta metálica y quito todos los candados, tomo la manivela y dio un jalón, la puerta no se abrió, de nuevo lo intento y la puerta seguía sin moverse. - ¿Que chingados pasa con esta puerta? - Liliana le tapo los oídos a Samuel. - Rafael, te recuerdo que tienes a un niño de ocho años y a otra de cinco, modera tu vocabulario.- Rafael volteo a verla. - Liliana, cállate, que no ves que esta es la única salida que tenemos y esta atascada!!!- Liliana sonrió. - Pues mejor, no tenemos que preocuparnos por que nos encuentren, estamos seguros aquí.- Rafael se agarro el pelo. - Podrías dejar de ser tan sarcástica y pensar en ¿hasta cuando piensas quedarte aquí?, ¿eso es lo que quieres?, ¿y de que te vas a alimentar?, dime!...piensas que tienes todo resuelto o que?.- Liliana movió a los niños tras de ella. - Rafael, ese es tu problema te exasperas con demasiada facilidad, te pones histérico, gritas y balbuceas groserías pero no solucionas nada, crees que para mi es fácil tener que pensar en lo que voy a hacer si tu andas por ahí gritando tus majaderías?- Rafael sentía como el dolor volvía a su estomago. - Todo esto es por una grosería?, es por eso?, que no ves que hay cosas mas importantes que una grosería en este momento?, la vida tuya, la mía y las de los niños?, eres estúpida acaso?- Le grito Rafael. - Lo vez!, esa actitud es la que no quiero en mis hijos, esa forma de ser tuya tan mediocre y poco civilizada, si bien lo dijo mama, que no valías la pena.- Rafael sintió como el dolor se convirtió de nuevo en ira. - Otra vez tu madre!, esa maldita bruja del infierno, ya me tiene hasta la madre.- Rafael babeaba y las venas del cuellos se le habían marcado. - Te prohibo que hables así de mi madre, ella no tiene la culpa de lo que la tuya hizo contigo.- Liliana se acerco y lo cacheteo a lo cual Rafael reacciono invadido por el coraje y empujándola contra la pared donde Liliana se topo y callo al suelo. Los niños comenzaron a llorar pero Rafael no los escuchaba. - Crees que no lo se!, crees que no sabia que te acostaste con mi hermano?, eso es lo que te enseño a ti tu dichosa madre! - Liliana desorientada lo observaba desde el suelo. - Al menos el no es tan mediocre.- Rafael al escuchar estas palabras la tomo por el cabello y la azoto varias veces contra el suelo, después rompió en llanto. - Maldita, maldita seas- los niños gritaban y lloraban asustados por lo que acababan de ver, bajo la cabeza de su madre un pequeño río de sangre se escurria.

Rafael se levanto y camino hasta sus hijos tomándolos a la fuerza y llevándolos hasta donde había dormido el. - Quédense aquí si?, papito tiene que pensar que es lo que va a hacer, porque mama se quedo dormida por el golpe que papa le dio sin querer.- Rafael regreso hasta donde estaba su esposa y la tentó para ver sus signos vitales, estaba muerta y no sabia como explicárselo ni siquiera a el mismo. Llorando y con el coraje aun intento de nuevo abrir la puerta dando jalones y soltando gritos desesperados.

El día había pasado, los niños se habían quedado dormidos por el llanto y el se mecía sobre si a un costado del cuerpo de su esposa, de pronto una idea fúnebre y macabra invadió su mente, recordó que hacia muchos años había escuchado una historia de unos hombre que se habían perdido después de un accidente aéreo y para sobrevivir se habían convertido en caníbales, no era la idea mas acorde a su situación pero estaban encerrados y no había alimento, si la dejaba ahí se pudriría pero de lo contrario podría sacar provecho alimentándose el y a los niños ademas justificaría su muerte y se podría perdonar así mismo .

Tapo el cuerpo con una sabana y les impido a los niños caminar hacia alla , busco por todas partes algo con que cortar y lo único que encontró fue un cuchillo de mesa, que aunque no era muy filoso le serviría y de esta manera comenzó a cortar partes del cuerpo lavándolas y comiéndolas crudas, obligo a los niños a comer y en ocasiones los golpeaba si no lo hacían y en tan solo una semana habían consumido gran parte del cuerpo, el resto se estaba descomponiendo.

Habían pasado quince días, el cuerpo desprendía un olor desagradable y los niños se habían vuelto un tanto autistas, se arrinconaban en una esquina y se quedaban ahí, sin moverse, Rafael se paseaba a todos lados con el cuchillo en la mano, la locura le había invadido y lo martirizaba con el recuerdo de lo que había hecho y mostrándole en lo que se había convertido. No sabia que hacer, cada día y cada noche que pasaba se acercaba mas el momento de decidir sobre si matar o no a alguno de sus hijos, tenia que sobrevivir, pero no quería deshacerse de alguno de ellos, así que tomo el cuchillo y lo enterró una vez mas.

La mañana del cuatro de noviembre un hombre dio aviso a las autoridades de la escena que encontró al visitar la casa de su hermano, el hombre que dijo llamarse Josué, declaro que había estado tratando de localizar a su hermano pero que nunca contesto las llamadas, en varias ocasiones fue a la casa y nunca encontró a nadie, pensó que habían sido víctimas de secuestro o que simplemente habían desaparecido. Aquella ocasión escucho un grito de agonía que provenía detrás de una puerta oculta en la cocina. El cuerpo descompuesto de una mujer , una niña de cinco años y su padre fueron extraídos de aquella extraña habitación, el caso nunca se aclaro, puesto que el cuerpo del padre se encontraba en posición fetal con treinta y cinco puñaladas en la espalda y un cuchillo clavado en el pecho. El único sobreviviente, un niño de aproximadamente ocho años fue encontrado mordiendo el brazo de hermana.


Orlando G.

6 comentarios:

  1. Hola!

    Guau, un día "normal y equis", me metí a una página de relatos de terror, y encontré uno genial, y luego la dirección de este blog.

    Sí, soy demasiado pequeña pero también mi opinión vale no? Me encantó esta historia, tiene un buen seguimiento y además es muy entendible para cualquier persona, pero sin dejar de ser interesante. Voy a leer los demás, y ya veremos sale? Oye, una pregunta, soy nueva en esto de los blogs... cómo le hago para seguir el tuyo? Son geniales tus historias, y tienes mucha creatividad! Ojalá me respondas,

    SaludOz

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  2. Hola Orlando, hace algun tiempo que estoy siguindote la pista con tus relatos, has llamado mi atencion pero hasta hoy me entere de tu blog, anteriormente no habia querido leer ninguno de tus relatos hasta no tener el correcto orden cronologico y poder "degustar" la historia completa correctamene. Creo quetengo mucho por leer, pero te prometo que tendras mi comentario en cada uno de tus relatos.

    Por si quisieras leer (y criticar) algunos de mis relatos, me podes encontrar en pasarmiedo.com o tambien en escalofrio. Te digo esto por que mis relatos son mi mejor carta de presentacion.

    Por ahora, hasta pronto...

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  3. a la persona del comentario de arriba, me encantaria leerte y te agradesco sinceramente el hecho de que tu lo hagas con mis escritos, un datillo importante o tal vez sin importancia pero, los archivos muertos no son consecutivos, es decir, no forman una sola historia, son independientes uno de cada otro, pero no importa, en fin, lo que si, es que como quieres que te leea si no me dejas tu nombre?....jejeje pequeño detalle, de nuevo gracias y porfa, me pones tu name y te prometo leerte. saludos!!!

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  4. Te pido mil disculpas por que te prometi leerte pero hasta hoy no habia tenido tiempo, pero no fallare, y para que puedas leerme, me podes encontrar con el seudonimo Nemesis en la pagina de pasarmiedo.com y como Nemesis1030 en escalofrio.com

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  5. Hola Orlando, tal y como te lo habia prometido ya he leido algunos de tus escritos, te dejare un comentario aqui y en la web de relatos.

    Creo que es una historia exelente, o casi pues hay ciertas inconsistencias que se deberian mejorar: La redacicon puede ser mejor pues la ortografia como que falla un poco(haya no es lo mismo que allà, se que no es la primera vez que te lo dicen), otra cosa son los guiones, creo (en mi opinion) que has hecho un mal uso en los guiones, para que un dialogo sea mas atractivo a la vista debes separar los parrafos y no hacer un solo bloque de texto.
    Hay tambien detalles que, aunque pequeños, son inexactos como las naranjas comestibles despues de dos semanas y que la carne o el cuerpo de la mujer comenzaria a descomponerse a partir de segundo o el tercer dia, nadrie podria comer de ello durante una semana.

    Pero mas alla de unos pocos errores es una historia muy buena y muy original, solo debes mejorar un poco la redaccion pero en cuanto al dramatismo es muy bueno, las emociones y reacciones de los personajes son muy naturales y realistas. El ambiente y la reseña de la historia esta bien estructurado, aunque pudieron agregarse algunos detalles como el tamaño de la habitacion, pues a veces se cree relativamente grande y a veces muy pequeña.

    Yo tenia una idea para un relato bastante similar, pero creo que al leer esto ya no podre hacerlo, no se si has leido Las Aventuras de Arthur Gordon Phym de E. A. Poe, ahi se ve una situacion de canibalismo por necesidad algo similar a esto, si no lo has leido te invito a hacerlo.

    Te deje el mismo comentario en la web de relatos para aumentar tu contador...

    Te felicito, buen relato...

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  6. Moni:
    hola orlando


    eres excelente contando historias, felicidades!!! no me perderé ninguno de tus relatos...

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