martes, 14 de julio de 2009

Archivo 014 El Huesped Exclusivo del blog

El viento soplaba embravecido. La noche era completamente oscura y el rugido de las nubes se escuchaba por toda la ciudad. La primera gota cayo, trayendo consigo una lluvia intensa que seguramente duraría toda la noche.

Pedro Juárez se preparaba una taza de café. Camino a la estancia y encendió el televisor. Comenzó a cambiar una y otra vez de canal, le resultaba patético tener señal por cable y no tener nada entretenido para ver. Pedro era soltero y no tenía la más mínima intención de casarse, aunque a veces se sentía solo.

Al comenzar a dormitar decidió irse a la cama. Se cambio la ropa y preparo la cama. Justo antes de acostarse algo golpeo la puerta, algo con mucha fuerza, supuso que había sido solo el viento jugándole una mala broma, pero lo volvió a escuchar.

La primera pregunta que le surgió fue que quien podría ser a esas horas, además de que quien se sentiría forzado a salir en un día de tormenta como el de hoy. Camino hasta la puerta principal, atravesando la luz que salía por la entreabierta puerta del baño de visitas, el comedor, la estancia y unos floreros que le había regalado su madre antes de morir.

Se asomo por la mirilla y solo observo la capucha de un impermeable color amarillo y un rostro escondiéndose tras el. Pedro decidió abrir. -Que pasa amigo?- sin levantar la cara el hombre le contesto -Oh!, Disculpa molestarte tan noche- Dijo frotandose las manos quiza para mitigar el frio -No es ninguna molestia, dime- El hombre que habia resultado ser mas un joven, se retiro la capucha y lo miro a la cara -Mira lo que pasa es que mi coche se descompuso y la tormenta no me deja ver que es lo que tiene– señalando un viejo cacharro bajo la lluvia intensa -¿Y que es lo que necesitas?- Pedro miraba el coche siendo amedrentado por millones de gotas -Pues, quería saber si me permitirías tu teléfono para llamar a mi papa y que venga a recogerme- Pedro torcio la boca, pero siempre le habia gustado ser un buen samaritano asi que accedio. -Claro, pasa, esta ahí junto a al libro ese.- Dijo Pedro haciendo un pequeño gesto de inconformidad al ver que estaba completamente empapado y que dejaría un buen charco.

El muchacho sonrió y se quito el impermeable, se limpio los zapatos en la entrada y avanzo hasta encontrar el teléfono. Mientras el muchacho marcaba, Pedro pensó en preparar un poco de café caliente para el. Apenas Pedro regreso de la cocina, el muchacho colgaba el teléfono. -Y bien. Que te dijo?-, -Dice que no puede salir de la casa, que al parecer están inundadas la mayoría de las calles y que transito impide el paso a la gente, Espero que no sea molestia si me quedo a que baje un poco la lluvia aquí fuera de tu casa-, -No. Claro que no - Dijo Pedro- Esperare aquí contigo- Pedro sentía ese remordimiento de conciencia.

La lluvia por su parte caía con una fuerza arrolladora. No cesaba un solo instante. Pedro comenzó a platicar con el. -De donde eres? - Pregunto. -De San Nicolás- Contesto el joven, tartamudeando un poco y tocando su húmeda oreja izquierda. -¿Y como te llamas?-, -Diego González. ¿Y usted?-
Pedro se hizo un poco hacia atras -Pedro Juárez- dijo mientras le daba la taza de café. -¿Y cuantos años tienes Diego?-, -21 señor- Dijo en ese tono como si fuese un militar el que lo interrogara. Aunque Pedro no se sentía tan confiado, lo invito a pasar la noche en su sala. Pedro en un gesto de hospitalidad le ofreció el sillón central, unas cuantas sabanas y almohadas para que el descansara.

Pedro regreso a su habitación y hecho una mirada por la ventana al patio de su casa. Esa era una vieja costumbre que había obtenido después del robo que habían cometido al parecer dos delincuentes de segunda durante la noche en la casa de su vecina estando ella dentro de la misma. Lo alarmante del caso fue que aunque no se habían llevado mucho, si habían amagado y golpeado a la señora de sesenta años, dejándola casi inconsciente. Cuando detuvieron a los delincuentes, declararon que lo hicieron más por el placer que por la necesidad de robar.

Se recordó a si mismo que la lluvia le impediría ver mas haya de algunas lonas y varias herramientas que estaban tiradas en su patio, pero aun así lo hizo y todo parecía completamente normal.

La casa había quedado en completo silencio. Pedro había estado tratando de dormir, pero no se sentía a gusto con el joven en su sala, aunque en ocasiones el cansancio le ganaba. Cerca de las dos de la mañana un golpe estrepitoso hizo que se estremeciera y diera un brinco para salir de la cama. Camino hasta la puerta del cuarto y tomo un bate de béisbol que siempre mantenía ahí, por su seguridad, giro la perilla poco a poco y luego jalo la puerta, el rechinado de las bisagras sonó por toda la casa, lo primero que pensó era que el joven aquel había entrado solo a robar y que se había inventado toda aquella historia para hacerlo. Pedro levanto el bate y camino lentamente hasta llegar a la sala, el joven estaba ahí, durmiendo, pero el aire frío se colaba por algún lado. Camino ya mas tranquilo y confiado hasta la cocina y encendió el foco, la ventana estaba abierta. –Maldita sea bigotes!- replico porque su gato había entrado y derribado la base de los cuchillos. Aunque estaba muy disgustado por lo que había sucedido, en el fondo sabia que el tenia la culpa, desde temprano que su gato se había salido de la casa y era obvio que buscaría la forma de entrar a resguardarse de la lluvia.

Pedro levanto la base y coloco los cuchillos en la misma. Cerró las ventanas y corrió las cortinas, pero algo llamo su atención afuera. Al parecer había alguien desnudo parado bajo la lluvia y observándole, pero en ese momento el gato maúllo y corrió hacia donde estaba el joven acostado. Pedro lo miro y rápido regreso la mirada hacia fuera y la persona ya no estaba. Pedro angustiado regreso a la sala y observo al joven dormido profundamente. Movió los hombros en señal de indiferencia y tomo el teléfono, marco a la policía y Dijo lo que había visto, al parecer era un joven de algunos diecisiete años de edad, después del reporte le dijeron que tardarían en mandar una unidad, puesto que la lluvia había complicado mucho las cosas. Pedro no le dio mucha importancia, mas sin embargo solo quería comportarse como un buen ciudadano, así que colgó el teléfono y se dirigió nuevamente a la cama, miro de nuevo por la ventana y se recostó. Las gotas no dejaban de golpear el techo y a Pedro le ganaba nuevamente el sueño.

El gato entro a la habitación saltándole a los pies, Pedro se despertó y lo pateo. –Bájate bigotes!, papi tiene que dormir.- en ese instante el cielo trono, los relámpagos entraban fulminantes por la ventana e iban a parar directamente a su rostro. Pedro puso la mano sobre su cara y suspiro profundamente, se levanto para cerrar las cortinas pero piso la cola del gato que se encontraba ya bajo la cama, el cual grito y salió corriendo del cuarto. –Maldito gato del demonio!- pensó Pedro mientras tomaba las cortinas para cerrarlas, de pronto salto a su ventana un ave, sangrando y con el cuello roto. Pedro se hecho hacia atrás y sorprendido corrió hacia la puerta de la cocina, tomo un cuchillo y salió haber que era lo que sucedía. –Dejen de estar jugando jovencitos, se que les gusta travesear pero estas no son horas para hacerlo, además ya llame a la policía y mas les vale que no los encuentren aquí cuando lleguen o lo pagaran muy caro.- Se escucharon unas risas, y Pedro parado en el marco de la puerta refunfuño del coraje. Regreso a adentro y entre dientes dijo un montón de groserías. Regreso la mirada a la sala y el joven que había visto desnudo afuera se encontraba parado en el centro observando el sillón donde se encontraba Diego. Pedro se había paralizado de la impresión, pero lo hizo todo a un lado y camino hacia el. –Quien eres!? Y porque estas dentro de mi casa desnudo!?.- Le gritaba Pedro, pero el joven ni lo miraba, lo ignoraba pareciendo que no existía para el. El joven levanto la mano y señalo a Diego. –Que!, eres amigo de el!?, sabia que todo esto era una broma y que solo lo habían hecho por jugar!, o es que acaso pretender amagarme y robar!?- El joven no lo miraba, solo veía a Diego. De pronto tocaron a la puerta, Pedro la miro y regreso la mirada, el joven ya no estaba ahí, corrió a la puerta y abrió, era la policía. – Buenas noches, tenemos un reporte de este domicilio, queríamos verificar que todo estuviera bien señor, se nos informo que había un joven rondando desnudo por su patio, tengo entendido.- El policía se cubría con un impermeable y le miraba fijamente a los ojos, Pedro se quedo pensando en que decir, pues si decía que había estado viendo a un joven desnudo por el patio y luego en dentro de su casa y que en ambas ocasiones había desaparecido, pensarían que es un pedofilo trastornado, o peor aun, el cuchillo aun lo empuñaba y pensarían que era un loco paranoico que pensaba que el mundo estaba en su contra. El policía vio que traía el cuchillo y pregunto nuevamente si todo estaba bien. –S…si,si oficial- Tartamudeo Pedro. El policía le vio de nuevo a la cara. –Mire señor, no se que este ocurriendo, pero le sugiero que se quede dentro de la casa y la cierre con todos los seguros que tenga, últimamente hay muchos locos sueltos en la calle y no sabemos como puedan reaccionar, además esta maldita lluvia que parece un castigo divino nos impide transportarnos rápido a los lugares donde nos reportan situaciones de consideración, así también le sugiero que no salga para nada.- Pedro lo miro con desconcierto y pena, pues sabia que al policía no le había parecido muy bueno aquel reporte en falso. –Perdone oficial, es solo que he estado algo nervioso últimamente, disculpe las molestias.- El oficial negó con la cabeza. –No es nada hombre!, ese es nuestro trabajo, que pase buena noche.- El policía miro a su acompañante que lo esperaba en la camioneta y dio la señal de que todo estaba en orden, o alo menos eso hizo pensar a Pedro. Le devolvió la mirada solo para percatarse que dentro en el sofá había un joven recostado, luego lo miro de nuevo a la cara y le regalo una sonrisa. –Que descansé -. Corrió hasta la unidad y el otro policía le abrió la puerta, encendieron la torreta y desaparecieron en la primer calle.

Pedro volvió dentro y cerró bien. Se recargo en la puerta y se quedo pensando. – Debo estar volviéndome loco, paranoico, o yo que se!, tal vez solo deba dormir.- y miro a Diego, el joven ni cuenta se había dado de todo lo que había sucedido. Pensó Pedro que tal vez si pudiera dormir tan profundamente como aquel joven todo volvería a la normalidad. Nuevamente fue hasta su habitación y hecho un vistazo por la ventana, el ave ya no estaba ahí, así que cerró las cortinas y se recostó de nuevo.

A las cinco en punto de la madrugada la puerta del baño de visitas se abrió, Pedro se despertó, había traído consigo el cuchillo y espero el momento para moverse. Escucho cuando la luz se encendió y la llave del lavabo se abrió, Pedro se levanto y camino hasta la puerta, salió directamente hasta donde estaba Diego, y lo vio ahí. Sabía que había alguien en el baño porque aun escuchaba sus pasos dentro del mismo. Camino sigilosamente, giro la perilla, empuño el cuchillo y se dejo caer con todo su peso sobre la puerta.

La llave del lavabo estaba cerrada, era la regadera la que se escuchaba, dejo a un lado el cuchillo, se acerco y la cerro, de pronto se cerro la puerta muy bruscamente. Pedro regreso la mirada a la puerta, ahí estaba, el mismo joven. –Quien eres?, que es lo que quieres?-. El joven lo observaba, con sus ojos negros y perturbados. Su piel era de un tono azul seco, se veía pegada a sus huesos, el cabello negro maltratado lucia muy desaliñado. abrió la boca y emitió un sonido extraño, un graznido. Pedro lo observaba y sentía como la sangre besaba los talones de sus pies, Se quedo frío y se le erizo la piel. El joven mantenía la boca abierta, de pronto salió de ella un ciempiés, negro con las patas amarillas, dio vuelta a su mejilla y bajo por la nuca, pasando por el pecho y asi bajando en espiral hasta los pies. Pedro dio dos pasos hacia atrás casi al punto de tropezar con el escalón de la regadera. –Que eres!?, que es lo que quieres?- El joven lo miraba. Y comenzó a caminar hacia el, Pedro tropezó y se pego en la cabeza. Se quedo tirado, apoyado en sus codos. –Que es lo que quieres!- Gritaba. El ciempiés subió por su pie y se introdujo por debajo de la pijama. Pedro se levanto y comenzó a sacudirse, el joven se detuvo y lo observo. Sintió como llego hasta la entrepierna y pico justo bajo su escroto, luego sintió como se le metía por la herida. El joven sonreía.

La puerta se abrió, era Diego. Adormilado, y desorientado, miro a Pedro tirado en la regadera, retorciéndose y gimiendo. Se acerco a su odio y susurro. –Lo siento amigo, es algo que no puedo evitar, sucede cuando duermo, pero me mantiene vivo-

La mañana siguiente, un 29 de febrero fue encontrado el cuerpo de Pedro Juarez, inerte en la regadera de su casa, por un vecino que había escuchado ruidos y había visto que a media noche la policía había visitado la casa de Pedro. El cuerpo presentaba signos de infarto y a simple vista lucían venas reventadas. El caso se clasifico porque era similar a dos casos anteriores que se habían presentado en la localidad. Los forenses que dictaminaron la hora de la baja, dijeron haber encontrado una especie de huevecillo pero no sabían a que clase de animal pertenecía.

Orlando G.

5 comentarios:

  1. Loki90:

    Está buenisimo!! Qué increible que se alimentara cuando estuviese dormido con su "sueño". Asi lo entendi yo :P!

    Gracias por pasarte por mi relato^^

    ResponderEliminar
  2. Esta super el relato

    Saludos,,

    Eres el mejor.............

    ResponderEliminar
  3. heyyy chamoo ps la verdad m dio muxa curiosidad entrar a tu pag cm un amigo m dio una pag llamada escalofrios y ps al rato m consegui cn la tuya bueno no habia leido este tipo d cosas pero megusta cm lo redactass sigue asi!!!!!
    de venezuela tu otra nueva lectora!!!! m.r. :D cuidat muxo!!!!

    ResponderEliminar
  4. holoa orlando. espero q estes bien y que sigas con tus relatos son buenos y me gustan mucho.... a mi me gustaria escribir pero no creo que sea tan bueno o tenga tanta credibilidad mis historias
    bueno sigue asi una de tus seguidoras fieles......

    ResponderEliminar
  5. Wooo!!Esta increible el relato, en verdad eres un escritor muy bueno, te encontre en la pagina de escalofrios y me encantn tus historias!! Wow! Son tan buenas, te dejo mi correo soy de Mexico (:
    marifersuper@hotmail.com ñ___ñ
    Saludos!

    ResponderEliminar