miércoles, 3 de junio de 2009

Archivo 006 La Silla Negra

En Red Village, Josh Stanley, un carpintero de los de antaño había andado atrás de su humilde hogar, siempre tomaba de los árboles cercanos a la casa pues vivía a las orillas del pueblo pero en esa mañana decidió ir mas allá y dar un paseo, salió de casa al cuarto para las cinco de la mañana.

Camino alrededor de dos kilómetros, llevaba un hacha en mano y pensaba en encontrar el mejor árbol para comenzar los trabajos de esta semana y esperando que amaneciese respiraba tranquilamente el aire fresco y húmedo. El cielo se presentaba en colores pastel y muy delicados, las nubes se veían borrosas y aun se lograban ver algunas estrellas brillando en el gran mar del universo.

Josh encendió un marlboro y se sentó a mirar aquel hermoso paisaje en una raíz de tronco que había dejado algún leñador, al poco rato una voz le hablaba de algún lugar, era una voz como de una niña, una niña pequeña, le llama por su nombre, pero Josh no se movía de su lugar, pues aunque no era muy creyente de lo paranormal había escuchado rumores de que en aquel bosque había almas en pena desde “Las cruzadas de Lutus,” Josh continuo fumando aquel cigarro hasta que la voz le arto, hizo que se levantara y caminara a buscarle, vio que algo se escondió de prisa tras unos arbustos y camino sin miedo y con el hacha en mano. Movió un poco las ramas con el hacha y miro que había algo ahí, se agacho a tomarlo y descubrió que era simple madera, la cual recogió he hizo que por la mente le pasara la idea que se había evitado el trabajo de cortar un árbol accesible a su capacidad de carga.

Al llegar a casa Josh lijo la madera y comenzó a trabajar en ella, al final del día había construido una silla que sin notarlo se había tornado de un color negro carbón. Josh tenia la costumbre de solo fabricar una o dos cosas similares con el objetivo de que cada pieza pudiera venderla a un costo alto, así que la madera restante la guardo para hacer otra cosa con ella. Detallo la silla con unas bandas de plástico que no eran más que simples vistas color plateado, dándole un toque entre rudimentario y moderno.

Josh despertó de un sueño algo pesado, miro el techo algo desconcertado y miro a donde estaba su reloj y vio que eran las dos y veinticinco de la mañana, el sueño le pesaba pues la noche anterior se había desvelado y había estado trabajando todo el día. De pronto le vino a la mente la silla que había construido y que sabía que la podía venderla a un precio considerablemente costoso al demostrar que no era madera común y corriente, si no algo especial, madera negra.

Apenas Josh conciliaba el sueño cuando un olor extraño atento contra su nariz, despertó acelerado y miro el reloj, marcaban las dos y treinta de la madrugada, así que bajo apresurado a ver lo que pasaba, había humo y ese olor por todas partes, la sala brilla de un color naranjoso. Se imagino, y era lo mas lógico, que había un incendio así que rápido corrió hasta el salón de atrás que era donde el trabajaba, para alcanzar a rescatar algunas piezas, y obviamente la silla negra. Al abrir la puerta una llamarada le ataco haciéndole caer. Se levanto rápido y justo a tiempo para ver como las llamas consumían poco a poco su hogar, por un instante le vino a la mente que eso le había pasado por su ambición, pues en cierto modo era un poco supersticioso.

Paso la noche en el hospital, los bomberos habían sido alertados por un vecino y la ambulancia había llegado solo a llevarse a Josh. La mañana siguiente-después de un interrogatorio que duro la mayor parte de la madrugada- Josh fue llevado a su casa por el agente Simón Wert para que reconociera algunos de los objetos que hubiesen quedado sin dañarse, pues según reportes de bomberos el fuego lo habían logrado sofocar y que este no había consumido gran cosa. Josh llevaba en la mente solo una cosa, la silla.

Al llegar a la casa vio que una cita amarilla la rodeaba, había camiones muy extraños y hombres con trajes especiales. El agente de policía local bajo la ventanilla y le pregunto a uno de esos hombre que era lo que pasaba. El hombre señalo uno de los camiones y el agente entendió de inmediato. Ambos bajaron de la unidad y siguieron al hombre. Ya adentro del camión el hombre – Quien dijo llamarse Oliver Rader comandante de la primera división de la “Ciet” (Centro para la Investigación Especializada en Tóxicos)- comenzó la explicación.

Vera, señor Stanley, lo que esta pasando en este momento en su casa es una investigación minuciosa acerca del incendio que surgió en la madrugada, pues supongo que tanto a usted como al agente les sorprenderá la noticia que les voy a dar, pero antes que nada quiero que sepan que nosotros fuimos enviados por esa misma razón. Hoy en la mañana recibí la llamada de Damián Hook, el jefe de bomberos, quien había participado en la sofocación del fuego esta madrugada. Hook me llamo porque sabia que lo que había pasado en su casa no era en lo absoluto normal y su idea fue que solo había sido alguna reacción toxica a algún combustible que inesperadamente salió del subsuelo. Para hacerles mas corta la historia, la verdad es que su casa esta en perfectas condiciones, no hay rastros de ningún incendio, aun y cuando ayer todo el cuerpo de bomberos luchaba contra poderosas flamazas que parecían provenir del mismísimo infierno.
Y esos hombres están viendo si fue a causa de algún toxico en el ambiente?.-Dijo Josh-
Exacto. Tenemos la teoría de que por estar cerca del bosque y que a 7 Km. de aquí hay una zona pantanosa, la tierra del subsuelo se allá erosionado dejando pasar gases del centro de la tierra, acumulándolos y aprisionándolos cada vez mas con el movimiento de la tierra misma y de algún modo se hubiese venido a liberar en el patio de su casa. Aunque le repito, solo es una teoría.

Al poco rato el agente se retiro y Josh se puso un traje para acompañar a Oliver tras la zona acordonada, entraron a la casa y todo lucia en perfectas condiciones, ni siquiera había rastros de ceniza o algún objeto movido de lugar por el ardor mismo. Josh dijo a Oliver que quería ir a su taller porque el recordaba haber visto las llamaradas mas fuertes salir de aquel lugar y que incluso uno le había ocasionado quemaduras leves en el pecho. Oliver lo observo sorprendido y lo llevo a donde había dicho. Josh se sentía mas calmado y tranquilo, la silla seguía ahí junto a los trozos inutilizables de vistas color plata y a la madera negra que había sobrado. Después de estar investigando toda la mañana y parte de la tarde dedujeron que aquello pudo haber sido solo una aislada nube de gas flamante que se encontraba presa y al contacto con el exterior prendió pero que el peligro no era inminente. Josh volvió para casi el anochecer a su vida normal y tranquila. De nuevo sentía esa sensación de aires de grandeza al vender esa pieza única en el mundo, y recordó lo que había pasado la noche anterior, así que fue por ella y la llevo a su dormitorio, la puso junto a su cama y se dispuso a dormir. Se sentía seguro, cansado y agobiado, hasta que al fin se pudo quedar dormido.

De nuevo y aunque parecía increíble, Josh despertó a las dos y treinta minutos de la mañana, si mirada estaba en dirección a la ventana del cuarto, mientras que la silla se encontraba a su espalda. De nuevo el olor se sentía en el aire, ahora un poco mas identificado, ya que lo relacionaba con el de huevos en putrefacción, giro en dirección a la silla y la piel se le puso de gallina, la silla estaba en llamas, completamente, Josh sorprendido y asustado se levanto y corrió a el baño de su cuarto, donde tomo un bote grande y lo lleno de agua, al regresar a la habitación, se dio cuenta que no seria suficiente, pues el cuarto estaba completamente incendiado. Vio como las llamas consumía las cortinas las sabanas y todo lo demás, el fuego quemaba rápido las cosas, pero las silla seguía ahí, envuelta en llamas pero sin perder su firmeza y consistencia.

La mañana siguiente, el agente Simón Wert junto a Eddie Zurit- El forense y encargado de la morgue local- sacaron el cuerpo de Josh, completamente incinerado, sus restos aun se mantenían unidos y firmes y con la posición en que habían encontrado el cuerpo, y fue abrasando una extraña silla negra.

Aunque para los vecinos de Josh, la extraña tragedia que le había ocurrido a su vecino y para algunos amigo ya había terminado, para Eddie y el agente Wert no había sido así pues una noche Eddie llamo a la casa de Wert en estado completamente critico y nervioso, Wert no creía lo que escuchaba, Eddie decía que el cuerpo de Josh en ocasiones se encendía en llamas y se escuchaban gritos de ayuda ahogados y desesperados.

Al poco tiempo el cuerpo de Josh fue incinerado por completo y llevado a tierra santa, pero existe la teoría de que todo comenzó con esa silla, la cual fue llevada por la policía como evidencia pero fue robada en una ocasión que se armo una revuelta en la estación. La última vez que se supo de esa silla fue que la había comprado un anciano en una subasta a un precio verdaderamente alto.

Orlando G.

2 comentarios:

  1. Muy buen relato, bien narrado y bien estructurado, hay pocas cosas que corregir aun como los guiones y que no deberias usar tanto el nombre del personaje.
    Es una historia interesante

    ResponderEliminar