Archivo 003 El Motel

A las afueras de Red Village, alrededor de las siete de la mañana, un hombre salía de entre las ramas contiguas a la carretera. Fernand Legminton, que viajaba rumbo a Capital City y se detuvo a ver que era lo que pasaba.

• ¿Que pasa hombre?, ¿necesitas que alguien te lleve?.

El hombre enterregado solo le observaba con una mirada amenazante y seria, el olor a hierba emanaba del mismo. Fernand acelero a fondo y dejo atrás al hombre. -Que parecía mas bien un psicópata asesino- Miraba como se hacia cada ves mas pequeño por el retrovisor y se dijo para si mismo que no volvería a parar para ayudar a alguien.

Para las ocho de la noche, Fernand había recorrido lo suficiente como para llegar al día siguiente a Capital City, descansando claro durante la noche. Llevaba horas manejando y no había vuelto a ver a nadie, a excepción de uno o dos conductores que venían en sentido opuesto, además claro del trailer que por poco y lo aplasta al intentar rebasarlo.

El cansancio ya le pesaba, pero no había visto más que montañas, desierto, cactus y las gotas de sudor que por el viento le caían en los ojos. A lo lejos miraba un anuncio rojo, al parecer era un motel, de esos de mala fama, acelero y entro al aparcamiento.

En la recepción no había nadie, solo ese pequeño y curioso timbre plateado que salen en las películas. Toco el timbre a lo cual una voz ronca le grito desde lo mas lejano del cuarto que estaba tras el mostrador.

• Hola amigo, necesito una habitación.

El tipo se hecho a reír.

• ¿Una habitación dices?, Ja, hombre ¿que no sabes leer?.

• ¿A que te refieres?- le dijo Fernand desconcertado-

• Que en el anuncio de afuera dice en letras grandes “No Vacantes”.

• Ho, lo siento.

Fernand apenado desvió su mirada hacia la ventana y observo que en efecto, no había lugares.

• Pero te puedo ayudar amigo. Escucha, se que hay un motel a unos 2 o 3 kilómetros de aquí. Quizás ahí haya un lugar para ti.

• Gracias amigo...-Fernand intentaba leer el gafete que llevaba el hombre del lado derecho de su camisa-

• John, John Vitti.

Fernand alentado, salió y encendió el coche. Avanzo alrededor de diez o quizás quince minutos, hasta que miro un anuncio muy escondido que decía: “ Motel, Noche Celestial, a 2 kilómetros por esta vereda”, que aunque el nombre no le agradaba mucho no le importo seguir vereda adentro.

En pocos minutos se encontraba en un lugar muy fúnebre, pero que le apetecía si apenas para pasar una buena noche con tu chica. Solo, alejado de la sociedad y sin riesgo alguno.

Entro a la recepción donde un tipo asquerosamentente rascaba el interior de su nariz.

• Buenas noches. Necesito una habitación.

• ¿Solo o acompañado?

• Solo.

• ¿Solo?, que extraño, muy pocas veces llega gente como usted.- le dijo el hombre levantándose de su silla y olfateándole-

• Escuche amigo, tengo sueño, estoy muy cansado, he manejado durante horas. ¿Tiene o no una habitación?.

• Calmado hombre, - Le dijo el extraño tomando una llave de la pared- Tome esta, es la del 302.

Fernand tomo la llave y pago. Se dirigió a la habitación que se encontraba al finalizar el pasillo y compro un refresco en la maquina antes de llegar. Entro al cuarto y miro que todo era muy simple y que en general estaba descuidado. Se recostó en la cama y encendió el televisor y se entretuvo cambiándole hasta que por fin se quedo dormido.

Pasando la media noche, se levanto asustado y escandalizado por el sonido del televisor, la señal del canal había terminado y los parásitos se contoneaban de un lado a otro en la pantalla. La apago y se acerco por curiosidad a la ventana.

Un hombre arrastraba una bolsa negra a lo largo de la explanada, hasta que por fin llego a una Van. Abrió las puertas traseras de par en par y hecho la bolsa. Fernand le miraba extrañado, hasta que miro como de la bolsa salió rodando una cabeza humana. Fernand se espanto y rápido fue por las llaves del conche.

El Hombre encendió la camioneta y arranco. Fernand salió de la habitación y corrió hasta la recepción.

• Un teléfono!, un teléfono - Grito desesperado.-

• Calma, calma!, - salió el mismo tipo de antes, el extraño- ¿Que pasa amigo?

• Un teléfono!, por favor, llame a la policía, acabo de ver algo espantoso.

• A que se refiere señor?

• Un tipo mato a alguien y se llevo el cuerpo en una Van.

• Diablos!, en que habitación?

• No lo se, solo le digo lo que vi.

Ambos salieron y se dirigieron a buscar la habitación.

• En esta tiene que ser, 421.- Dijo el hombre- Usted entre y yo iré a llamar a la policía.

• Esta bien, pero no tarde!.

Fernand entro y miro lo poco de la habitación tirado en el piso, parecía haber sido una muerte muy violenta, había sangre por doquier, en las paredes en el piso, incluso en el baño. Avanzo y busco en cada lugar si había rastro de la persona que había sido asesinada, hasta que metió la mano bajo la cama. Encontró algo que parecía ser una puerta al sótano. La abrió y se asomo. Se veía muy poco, pero intento entrar hasta que lo logro.

Ya adentro, Fernand camino por un pasillo muy húmedo, donde se oían lamentos. Camino algunos pasos cuando de pronto algo entro por donde Fernand se había introducido y aunque no distinguía muy bien quien era, solo veía que la silueta estaba armada con un cuchillo grande y que traía un cabeza en la otra mano.

Fernand comenzó a correr, el asesino le seguía muy de cerca hasta que al fin llego a una puerta de reja. La llave estaba puesta, entro y cerró la puerta por el otro lado, y aunque aun seguía en el pasillo, se sentía mas aliviado de ver que el asesino aun estaba del otro lado.

• Hola Fernand. -Le dijo el hombre con una voz áspera y escalofriante-

• Quien diablos eres?.

• Soy solo una parte de la fiesta, tú me has dejado excluido.

• De que rayos hablas amigo?

• De que tú me hiciste a un lado y yo amigo mío, pude haberlo hecho más rápido.

• Eres el tipo que no quise subir en la mañana, cierto?.

• No, no, no, no. Ese Maldito infeliz no soy yo. Ese infeliz logro escapar, tu no. Lo que me alivia es que no le podrá decir nada a nadie.- El hombre sonrió-

• Escucha amigo, yo no te hecho nada para que quieras matarme.

• Matarte?, pero quien hablo de matarte.

• Lo supuse por esa cabeza idiota.

• Te refieres a Tiffany?.

• Llamas a eso “Tiffany”?, de veras que tienes que estar loco amigo.

• No insultes a mi Tiffany!- Grito el hombre-

• Escucha amigo, hagamos un trato, yo te doy mi coche, mi dinero y tú me dejas vivir. ¿Te parece?.

• Y yo para que quiero esas cosas idiota!?. Lo que quiero es eliminar a quien le hizo esto a mi Tiffany.

• Ósea que tú no la mataste?

• Matarla?, pero si esta mas viva que nunca. Pronto encontrare a esa bestia y la matare yo mismo.

Fernand no entendía nada y aprovecho el momento para seguir corriendo.

El hombre lo vio y empezó a gritar, “Espera, espera infeliz!” .

Fernand llego hasta unas escalerillas que llevaban hacia arriba, subió por ellas y ahora se encontraba del otro lado de la recepción del primer motel.

• Hay alguien?. – Pregunto Fernand-

Nadie contesto, así que tomo un arma que estaba a simple vista bajo el mostrador y camino poco a poco a lo largo de la recepción, hasta que algo llamo su atención desde el cuarto de atrás, de donde había salido John cuando había llegado ahí.

• John, eres tú?.

• Amigo!, ayúdame estoy aquí atrás, alguien me ataco.

• Voy para allá!, no te muevas.

Fernand llego hasta un cuarto vació por completo y de pronto algo le golpeo en la cabeza.

Fernand recobraba el conocimiento y sentía un dolor muy fuerte en su cuerpo. No podía mover ni los brazos ni las piernas y veía muy borrosamente. Cuando una voz le dijo.

• Nos volvemos a ver forastero.

• Qui......quien eres?

• Soy John, gracias por querer rescatarme, mi amigo Alfie y yo te estaremos agradecidos eternamente.

• Que es lo que quieren.

• Veras, no nos gusta parecer groseros y por eso te invitamos a formar parte de nuestro festín. Hoy cenaremos “Fernand tu la carté”.

De pronto una segunda voz emergió.

• Deja ya de hostigarlo John, no ves que después se pondrá tenso y eso le quitara el sabor.

• Esta bien Alfie, solo quería asustarlo un poco.

• Que es lo que quieren?- Grito Fernand-

• Pues veras te comeremos poco a poco, después tiraremos tus huesos con el resto de los anteriores inquilinos.

Entre las voces, un sonido de rechinido se dejo escuchar, era una puerta abriéndose poco apoco.

• Buenas noches señor.

• Herman que haces aquí?

Fernand no lograba ver al nuevo integrante de la habitación que seria su juicio final.

• Los he venido a matar a ambos, lastimaron a mi Tiffany.

• Herman, fue un error lo juro.

• No me importa.

El hombre saco el cuchillo y le corto la cabeza a uno, el otro huyo rápido y se escabullo entre las sombras.

• Gracias por salvarme.

• Salvarte?, estas equivocado hijo. Yo te dije que estos infelices me debían algo que me habían arrebatado, nunca dije que te salvaría. Es mas, hasta creo haberte mencionado que yo lo hubiese hecho más rápido.

• De que rayos estas hablando?

• Comida, hijo, solo de comida. Desde hace siglos que no como a alguien. Desde que ese maldito de Lucifer nos abandono en la tierra donde cayo exiliado por ese infeliz.

• De que rayos estas hablando?

• Bueno hijo, creo que primero iré por Alfie y después volveré para disfrutarte. Pero antes...

Algunos días mas tarde, un hombre fue encontrado en medio de la carretera se le identifico como Fernand Legminton, sin lengua y teniendo convulsiones espontáneas. Aunque en lapsos regresaba en si, la mayor parte del tiempo se la pasaba de un lado a otro pegándose en la cabeza y gritando sonidos sórdidos. Algunas veces escribe cosas en la pared, diciendo que él, un ángel del diablo volvería a pisar la tierra donde el se encontraba y vendría a terminar lo que una vez comenzó.

Orlando G.